El Diafragma Rojo

Hablar de periodismo de investigación en México, es hablar de prácticamente de tu muerte o de ser perseguido políticamente, dependiendo el caso o suceso.

El caso más reciente de una agresión directa hacia un periodista, fue el pasado viernes cuando el comunicador Ciro Gómez Leyva, fue atacado a balazos cuando se dirigía a su domicilio, luego de terminar su jornada laboral, para la empresa “Grupo Imagen”.

A través de sus redes sociales, Ciro informó el ataque que había sufrido y del cual sobrevivió, gracias a la camioneta blindada que le proporcionó la empresa, sin embargo, la situación se hubiera tornado diferente si el periodista hubiera sido asesinado.

Recordando la memoria de los periodistas asesinados en el cumplimiento de su deber, cabe destacar que en México existe un vacío legal a la hora de que un periodista se encuentra en situación de riesgo, pues las instituciones encargadas de seguridad en nuestro país, tienen un nivel muy bajo de confianza a la hora de realizar su labor.

Esto conlleva a que los comunicadores que están en peligro, tengan que emigrar hacia otro país pidiendo asilo, dado las circunstancias que existen en su lugar de origen, a la hora de ejercer el periodismo, pues es bien sabido que las fuerzas del orden están coludidas con miembros del crimen organizado, situación que agrava y pone en riesgo la vida del comunicador.

Según la cuenta oficial de Reporteros Sin Frontera, se realizó un recuento anual en todo el mundo, donde expone datos sobre periodistas encarcelados, secuestrados, asesinados y desaparecidos. Lo que deja entrever que la cifra aumenta año con año, dejando en el limbo la importante labor de comunicar.

Datos extraídos de la cuenta oficial de la Subsecretaría de Derechos Humano, Población y Migración, en el apartado de Mecanismos de Protección a Periodistas y Personas Defensoras de Derechos Humanos, registró un incremento de más del 100% de las personas beneficiarias, alcanzando la cifra de 1,682. Este incremento visibiliza la prevalencia en los delitos y agresiones a personas periodistas y defensoras, de las cuales se tiene el registro de la privación de la vida de 64 y 107, respectivamente.

Los principales factores que generan las agresiones hacia periodistas son:

• Crimen organizado

• Impunidad (93% en periodistas)

• Corrupción y colusión entre autoridades municipales y grupos delictivos

(40% de las agresiones)

• Incumplimiento de las obligaciones de estados y municipios en la materia

• Falta de cultura sobre la importancia de su labor.

Teniendo estas cifras alarmantes, se puede interpretar la falta de mecanismos que llevan a cabo las instituciones de gobierno y de seguridad ante el riesgo latente de la vida del periodista.

Cada sexenio presidencial, la cifra de comunicadores va en ascenso, durante el gobierno de Calderón 14 mujeres y 87 hombres entregados al periodismo, fueron asesinados, haciendo un total de 101.

Durante el gobierno de Peña Nieto, 12 mujeres y 84 hombres, dejando un total de 96, así mismo en el gobierno que transcurre de López Obrador, 8 mujeres y 56 hombres han sido privados de su vida.

Durante estos tres gobiernos presidenciales, 34 mujeres y 227 hombres han sido asesinados por el único derecho a informar, dejando un cifra total de 261, sin duda, esta es una situación alarmante que deja en entre dicho que ningún gobierno, ya sea federal, estatal o municipal, ha realizado un verdadero cambio para las personas que atenten con la vida de un periodista.

Los intereses que representan o que se mueven cuando son exhibidos en actos de corrupción, dejan ver el gran vacío legal que se debería ejercer a la hora que un político, empresario o alguna figura pública, son expuestos por cometer algún delito, por el contrario, primero se busca al comunicador que incómodo y tratan de silenciarlo a toda costa, cuando la justicia deje de aplicarse para unos cuantos, en verdad tendremos una sistema de justicia penal que llegue a cubrir los derechos de cada ciudadano en este país que sufre de impunidad.